En las últimas semanas, la temperatura ha descendido bruscamente en distintas regiones del país, como una señal clara de la pronta llegada del invierno. Según indican especialistas oftalmológicos, en esta estación se deben tener ciertos cuidados o precauciones para evitar que los ojos puedan sufrir algún tipo de riesgo innecesario.
El sol de invierno ¿Cómo proteger los ojos de la luz natural y artificial?
María José Encina, especialista de Ultravisión para la zona norte, indica: “Los lentes de sol no son solo para el verano. Además, el sol bajo en invierno puede resultar deslumbrante, con lo cual es recomendable llevar lentes de sol en los días soleados, sobre todo mientras se conduce. Si se llevan anteojos recetados, se puede preguntar al oftalmólogo si tienen tratamientos antirreflejos para los lentes que reduzcan los efectos del deslumbramiento durante la conducción”.
Ojos secos
¿Cómo afecta el invierno a la enfermedad de ojo seco? Las calefacciones centrales pueden agravar la sequedad ocular.
Estas son algunas medidas sencillas que se pueden tomar para sentirse más cómodo:
Bajar la temperatura de las habitaciones en la medida de lo posible.
No exponerse de forma directa a la fuente de calor.
Ventilar las habitaciones una vez al día durante 15 minutos.
Utilizar un humidificador o poner un recipiente con agua cerca del calefactor o radiador para humidificar el aire.
Consultar al oftalmólogo o farmacéutico sobre colirios o pomadas hidratantes que se puedan utilizar para humedecer los ojos.
La iluminación de invierno
Desde que el teletrabajo llegó para quedarse, muchas personas trabajan desde la casa. Si este es el caso, es importante durante los meses de invierno tener en cuenta la iluminación: es fundamental para los ojos.
Todos vemos mejor con una luz radiante que con una luz tenue, por lo tanto, es posible que se necesite llevar más los lentes cuando se esté en ambientes con poca luz.
Algunos tips necesarios a tener en cuenta
Utilizar la luz diurna o solar si se necesita realizar tareas manuales o para leer con claridad (por ejemplo, para leer textos en papel).
Procurar una buena iluminación cerca cuando se necesite (lámparas de escritorio).
Pasar tiempo al aire libre. Sobre todo para los niños, pero también para adultos, el estar todos los días un espacio de tiempo al aire libre reduce la aparición de miopía o retarda su avance en el caso de quienes ya la padecen. Se cumple con la regla del 20-20-20: “todos debiésemos mirar 20 segundos a distancia luego de estarlo haciendo por 20 minutos a corta distancia, por ejemplo las pantallas, si no a largo plazo cambia la configuración de nuestras córneas y se produce la miopía”, dice Encina.
Aumento del tiempo en pantallas: el frío obliga a permanecer más tiempo adentro, y el uso de dispositivos se multiplica
Con la llegada del frío mucha gente pasa menos tiempo en la calle y opta por quedarse en la casa. La OMS ha indicado que el aumento del tiempo frente a pantallas daña la visión.
Aquí hay 4 sugerencias para reducir la fatiga visual:
Poner el monitor a una distancia aproximada de un brazo de los ojos.
Dirigir la vista a algo que esté a unos 6 metros de distancia, durante 20 segundos, cada 20 minutos.
Minimizar los reflejos en la pantalla que distraigan, por ejemplo, la luz de una ventana.
Parpadear regularmente. Permanecer centrado en la pantalla puede provocar que se parpadee menos. Esto deriva en incomodidad visual y ojos resecos, así que ¡no debemos olvidarnos de parpadear!
Inicio de vacaciones de invierno: Visitar al oftalmólogo
María José Encina recomienda aprovechar las próximas vacaciones de invierno para realizar un chequeo a niños, niñas y jóvenes, sobre todo por problemas de refracción. “En Ultravisión así como en otras clínicas y centros, hay evaluaciones gratuitas y estas son muy necesarias.
La especialista entrega algunas recomendaciones para identificar y prevenir problemas de refracción en los niños desde temprana edad:
– Estar alerta ante el enrojecimiento de la vista, cansancio al leer, picazón y frotación en
los ojos.
– Ver si el niño se acerca demasiado a sus libros cuando lee o dibuja.
– Demora al leer textos en clase o en la casa, aunque ejercite frecuentemente la lectura o haya aprendido a leer hace tiempo.
– En el caso de requerir anteojos, se aconseja el uso de lentes oftálmicos hipoalergénicos, cómodos (no muy apretados o sueltos) y que evitan marcas en la piel.
– Proteger al niño con lentes que cuenten con protección UV, así como gorras que cubran su rostro que ayudarán a tener el contorno del ojo limpio de manchas o quemaduras por la alta radiación ultravioleta.
– Evitar largas horas delante del computador, tablets o celulares.
Otro tema importante a destacar es que la pupila de los niños, sobre todo a temprana edad, se dilata mucho más porque están en constante proceso de aprendizaje, captación de imágenes y no regulan el ingreso de la luz. En cambio los adultos se exponen más al medio ambiente y su pupila se cierra inmediatamente ante reflejos o destellos de luz. Ante ello, se recomienda el cuidado de la vista de los niños con lentes que lleven protección UV para evitar daños irreversibles en sus ojos.
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