En un hito histórico para la industria acuícola mundial, Chile ha dado un paso decisivo hacia el futuro con la culminación del Programa Tecnológico Estratégico para el Desarrollo de la Acuicultura Oceánica (PTECAO).
Este viernes 6 de diciembre, el Hotel Cumbres de Puerto Varas, en la región de Los Lagos, fue escenario del evento de cierre de esta ambiciosa iniciativa, que marca un antes y un después en la capacidad del país para cultivar salmónidos en condiciones extremas.
Innovación para desafiar lo imposible
Tras cinco años de ejecución y una inversión total de $ 22.836 millones de pesos, de los cuales el 82% provino del sector privado, el PTECAO no solo permitió operar en zonas de alta energía oceánica, sino que también posicionó a Chile como líder en tecnología y sostenibilidad para la acuicultura del futuro.
El PTECAO, impulsado por la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (Corfo) y liderado por Consorcio SpA –constituido por las empresas proveedoras Walbusch, AST Technology Networks y Aquarov, junto con la participación de la salmonicultora Marine Farm–, logró desarrollar tecnologías capaces de operar en áreas con altas corrientes y oleajes, donde antes era muy difícil establecer cultivos de salmones y truchas.
“El PTECAO nos permitió desarrollar y validar tecnologías habilitantes que no solo hicieron posible el uso de estas zonas expuestas, sino que también sentaron las bases para una nueva era en la acuicultura chilena”, destacó el director del Programa, Gonzalo Romero Muñoz.
Tecnologías pioneras para una industria global
Entre los principales logros del Programa se encuentran la validación de balsas-jaula de alta resistencia: operación exitosa de estructuras de 80 por 80 metros (m), capaces de resistir olas de hasta 4 m.
También robótica submarina avanzada: diseño de vehículos operados remotamente (ROVs, por su sigla en inglés) para inspección y manejo de mortalidad en corrientes extremas; sistemas de ingeniería naval: implementación de jaulas adaptadas a diversas necesidades gracias a pasillos estructurales metálicos; digitalización y monitoreo inteligente: plataforma integrada para el control y automatización de los centros de cultivo.
Un legado de sostenibilidad e internacionalización
El impacto del PTECAO trasciende las fronteras nacionales. Según el representante de Consorcio SpA, Walter Buschmann Schirmer, “estos avances posicionan a Chile como exportador de soluciones tecnológicas para la acuicultura en alta energía, un sector en crecimiento en América y otras regiones del mundo”.
Por su parte, el gerente de Asuntos Estratégicos de Corfo, Hugo Arias, subrayó la importancia de la sinergia público-privada: “Este proyecto demuestra que cuando trabajamos juntos, podemos desarrollar soluciones que beneficien tanto a la industria como a las comunidades locales y la sociedad en general”.
El futuro comienza hoy: de zonas extremas a líder mundial
El cierre del Programa Tecnológico Estratégico para el Desarrollo de la Acuicultura Oceánica no marca el fin de un camino, sino el comienzo de una nueva etapa para la acuicultura chilena, especialmente en el desafío de operar en zonas extremas.
Como expresó Gonzalo Romero: “El desafío ahora es expandir estas tecnologías y apostar por una acuicultura sustentable y competitiva”. Este reto cobra especial relevancia en un país cuya geografía presenta vastas áreas marinas con condiciones adversas, pero de un inmenso potencial para el desarrollo.
Chile cuenta con un extenso litoral que abarca desde las tranquilas aguas del norte hasta las turbulentas corrientes del sur. Las zonas extremas, como aquellas ubicadas entre el canal de Chacao y la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, representan un enorme desafío para la acuicultura tradicional debido a las fuertes corrientes, oleajes elevados y condiciones climáticas adversas. Estas características, que antes eran vistas como limitaciones insuperables, hoy se transforman en oportunidades gracias a los avances tecnológicos del PTECAO.
El desarrollo de tecnologías habilitantes, como las jaulas de confinamiento reforzado, los sistemas de ingeniería naval adaptables y la robótica submarina, permite a la industria acuícola enfrentar estas condiciones extremas con éxito. Por ejemplo, las jaulas de 80 por 80 m validadas durante el Programa son capaces de soportar olas de hasta 4 m, un logro que redefine los estándares operativos de la industria a nivel global.
La expansión hacia zonas extremas no solo responde a la necesidad de diversificar las áreas de cultivo, sino que también es un paso hacia una industria más sostenible. Operar en alta energía reduce la presión sobre las zonas costeras tradicionales, muchas de las cuales han experimentado saturación o problemas ambientales. Además, las áreas expuestas ofrecen mejores condiciones de oxigenación y corrientes naturales que benefician el crecimiento de los peces, reduciendo la necesidad de intervenciones artificiales y promoviendo prácticas más respetuosas con el medio ambiente.
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