Vivienda en Los Lagos: un salto en calidad, pertinencia y capacidad productiva

imagePor Fabián Nail Álvarez

Seremi MINVU Los Lagos

El reciente cumplimiento de la meta regional del Plan de Emergencia Habitacional en Los Lagos, con la entrega de más de 14 mil viviendas comprometidas, no solo marca un hito en materia de acceso a la vivienda. Es una clara y potente señal: la región logró diversificar, innovar y aumentar su capacidad de construcción, sumando cantidad sin dejar de lado la calidad. Una manera distinta de hacer las cosas.

No fue solo construir nuevos hogares, fue resolver realidades. El Plan Osorno se la jugó con el desafío de los humedales urbanos. El Plan de Habitabilidad Rural entendió que el campo también tiene derecho a soluciones de vivienda. Y el Plan Insular —único en Chile— llevó hogares a las islas habitadas. En cada caso se innovó con métodos, tecnologías y soluciones adaptadas a la vida de quienes vivimos acá.

Hoy hablamos de viviendas mejor aisladas para enfrentar el frío, barrios más integrados, sistemas constructivos más eficientes y ciudades que buscan calidad de vida, no segregación en la periferia. La fórmula fue clara: cuando Estado, privados, municipios y comunidades trabajan juntos, el resultado se multiplica. Más calidad, no más precariedad.

¿Tarea resuelta? Claro que no, porque seguimos trabajando. El gran nudo sigue siendo el suelo. Avanzar en la compra, gestión y planificación de terrenos ha sido clave, pero se requiere un marco normativo nacional que garantice que el suelo deje de ser solo una mercancía. Tal como lo ha manifestado el ministro Carlos Montes, Chile necesita una ley de suelo que regule, oriente y permita planificar con justicia y visión de futuro, como ya ocurre en muchos países.

La vivienda no es solo un techo. Este plan impulsado por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric demostró que detrás de cada vivienda hay innovación, trabajo local, desarrollo productivo y cohesión social. No hablamos solo de paredes y techos, hablamos de dignidad y de oportunidades, de hacer que las cosas pasen. Ese es el camino que debemos profundizar, porque construir ciudades más justas es también sinónimo de construir un mejor país.

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